miércoles, 16 de octubre de 2013

SERIES POST BREAKING BAD






Hay vida después de Breaking Bad 

OK. Se acabo Breaking Bad y la pregunta es: ¿qué serie ocupará el espacio vacío dejado por Walter White y su gente? La respuesta es difícil y yo me animaría a decir que ninguna. No porque no puedan existir series mejor que BB sino porque esta es única y dentro de esta idea, los personajes, las historias y todo lo que BB nos dio, no se pueden y deben repetirse jamás (excepto por Metastasis, que es la versión colombiana, ahí si me cagaron)

¿Hay vida en nuestro consumo serial? La hay y hay un montón para distintos gustos. Dramas, policiales, aventuras, comedias, etc. Para empezar quisiera comentar un poco sobre las series con las que compitió BB este año en los Emmys y ganó. Cierto que los Emmys no garantizan nada pero puede ser un buen punto de partida.

MAD MEN: si quieren empezar a ver esta serie, tendrían que empezar viendo las seis temporadas anteriores. El próximo año se estrena la sétima y última temporada. Así que hay un montón por ver pero vale la pena.
El argumento va sobre una agencia de publicidad en los años 60 situada en Nueva York. ¿Qué hay de bueno en esto? Sus personajes. MAD MEN es introspectiva, silenciosa, sutil. Los personajes están descritos de tal manera que parece que ni los propios escritores los entienden. Pero uno llega a comprenderlos, quererlos, odiarlos y vivir con ellos. Todas sus frustraciones, ambiciones, envidias que pueden desarrollarse dentro del contexto de la agencia, de la vida familiar, sentimental, social, nos envuelven. Sí, MAD MEN tiene un ritmo poco usual en las series. Es un ritmo pausado pero este te permite entrar de otra manera en los personajes en el cual no solo los definimos por sus acciones sino también por nuestra propia personalidad.

DOWNTON ABBEY: esta serie inglesa de la PBS va por su cuarta temporada. Narra las historias de la aristocracia inglesa, dentro del condado que da nombre a la serie, y los criados de esta. DB es más evidente dentro la concepción del personaje bueno o malo. No es que vaya a esos extremos pero podemos acercarnos a una especie de telenovela bien narrada y clásica dentro de las historias que se nos presentan. De estas nominadas, la menos buena.


  HOMELAND: se acaba de estrenar la tercera temporada hace unos días. Homeland nos cuenta la historia de un soldado secuestrado por un grupo terrorista en el medio oriente que regresa a su casa en EEUU después de mucho tiempo. Vuelve con su familia e intenta empezar una vida de nuevo junto a ella. Pero tras esto se esconde un gran secreto que oculta y la sospechas de una investigadora de la CIA con desordenes psiquiátricos se convirerte en la trama principal. 
Esta serie llega de los mismos productores de 24. Pero a diferencia de esta, la serie no se desarrolla tanto dentro de las situaciones extremas del personaje principal. HOMELAND se detiene, nos comparte más de sus personajes y no lo hace de manera superficial. Le da un peso igual a todo lo demás,  a la intriga, a los disparos y a las situaciones dignas de una muy buena pelicula de acción. HOMELAND es recomendable puesto que pocas series pueden migrar con la idea inicial a otra y lo hace muy bien porque la base de sus personajes la sostienen.
 
HOUSE OF CARDS: Es la mejor serie estrenada este año. Remake de una serie inglesa de los 90s. HOC nos presenta a Frank Underwood, político de los EEUU, y todo un mundo de conspiraciones, corrupción, ambición, sexo, drogas y todo lo que te puedes imaginar dentro de la política americana. Kevin Spacey es el actor principal y si que sabe llevar la serie. De hecho, él habla contigo, comparte sus tácticas políticas, sus ambiciones, sus miedos, sus frustraciones y todo eso para resaltar la hipocresía del mundo en el que vive. HOC se estrenó en Internet por medio de NETFLIX y pusieron a disposición todos los capítulos en un solo día como para que te envicies en una.

 


 GAME OF THRONES: ¿No has visto esta serie?… ¿qué estas esperando?







Después de estas series nominadas a los Emmys, existen otras series que han tenido sus estrenos este año. Yo resalto dos pilotos: Hannibal y Ray Donovan. Más adelante hablaremos más de estas. Y si has escuchado por ahí que está es la época dorada de las series americanas. Puedo decirte que antes de estas hubieron más de este nivel que ya acabaron hace años. Puedo mencionar dos: Los Sopranos y The Wire, está última, la mejor serie que he visto a mi parecer.

Opciones hay, un montón. Pero como sucede con las series hay que sacrificar unas horitas, ver un par de capítulos hasta tres. Si no te enganchas, la dejas. Si te engancha, ya sabes, tienes material para mucho mucho tiempo.


lunes, 30 de septiembre de 2013

BREAKING BAD: FELINA (SPOILERS)

SI NO HAS VISTO EL ÚLTIMO EPISODIO DE BREAKING BAD, SE TE PIDE NO SER TAN ANIMAL Y DEJAR DE LEER.
 
Hay varias cosas que comentar al final de Breaking Bad, por eso iré paso por paso con los post. Primero quiero decir lo básico, la primera impresión que tuve del capítulo. En una entrada anterior, había dicho que después del penúltimo capítulo lo único que quedaba era un Heisenberg con deseos de venganza. Creo que eso se confirmó parcialmente en el último. Es cierto que Heisenberg (clarísimamente, ya no Walter White) vuelve para vengarse, pero también para más que eso. Todavía había por lo menos un objetivo concreto que debía cumplir más allá de la violencia: dejar dinero a su familia. Creo que no es tan claro que haya buscado explícitamente otras cosas, como ponerse en el lugar del amo y recobrar el prestigio de poder, ni liberar a Jessie, cosas que me parece que llega a hacer, aun cuando eso no formaba parte del plan, no de forma significativa.
 
Pero más allá de esto, sí fue la venganza una pieza importante de su motor final. Y es desde allí que el último episodio ha sido narrado y dirigido: lo que hemos visto no ha sido la evolución de los hechos en la realidad; hemos presenciado, más bien, todo desde el punto de vista de Heisenberg, todo desde su soberbia, desde su eficacia y su suerte parcial, desde su deseo de ejercer esa última violencia reivindicativa. Este es uno de los motivos por el que el episodio ha recibido respuestas tan positivas entre los espectadores. Gilligan les dio precisamente lo que querían ver (¿les?: nos dio): Heisenberg en el poder, manipulando los hechos para que se desarrollen de acuerdo a su voluntad. El espectador de este último episodio ha sido puesto en el lugar de la venganza, no la ha contemplado, la ha experimentado con goce (busquen, sino, las reacciones que hay en Youtube a la última escena). Si hay alguien que haya sido capaz de ver cómo caían uno por uno los enemigos del protagonista sin sentir placer, habrá que alejarse de él, pues algo de la frialdad de Todd tendrá. El cierre de la serie, en este sentido, ha tenido el propósito de ir más allá de la narrativa, ha sido el final necesario, no el que busca quiebres de sentido en la historia, no el que sorprende por la aparición espontánea y casi nunca explicada de nuevos elementos, no el fácilmente pesimista ni el ingenuamente feliz.
 
No cabe discutir, me parece, si es buen o mal final. Las calificaciones de este tipo, tan simplistas y reductoras, sirven para el arte audiovisual del mainstream, donde el fin es diferenciar qué te gusta y qué no te gusta para, a partir de ello, consumir o no consumir. El caso de Breaking Bad no es este. La serie pide apreciación y juicio, no aprobación o desaprobación. Dicho eso, quisiera dejar en claro que disfruté del último capítulo inmensamente, a varios niveles. En serio, gocé. Haré más adelante un par de post más sobre el tema.

jueves, 26 de septiembre de 2013

SER HEISENBERG HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS (EN 7 PASOS)

SI NO HAS VISTO HASTA LA 5TA TEMPORADA, EPISODIO 15 DE BREAKING BAD, SERÁS  CORDIALMENTE SPOILEADO(A):
 
1. Experiencia de la angustia
 
Walter White es diagnosticado de cáncer terminal y tiene en frente a la muerte. Se ha dicho que esta es la experiencia que da lugar a la angustia. Enfrentar a la muerte es enfrentar a la nada: no al sinsentido, no a la sinrazón, sino a la ausencia absoluta de las coordenadas bajo las que se hacía posible el sentido. Sartre llamó a esta experiencia la náusea. Se ha dicho, también, que en la angustia el sujeto no tiene más salida que enfrentarse a sí mismo. Si ya no hay nada externo en lo que apoyarse, lo único que quedaría es el más auténtico encuentro consigo mismo. Allí, o se toman decisiones radicales que procuren crear nuevos sentidos para la vida o se da la parálisis total de la capacidad de agencia en el sujeto. Walter White hace lo primero: toma decisiones radicales.  
 
2. Decisión radical
 
Tales decisiones son radicales precisamente porque, en ellas, el sujeto debe tratar de resolver problemas que antes nunca se atrevió a enfrentar, debe encararse a sí mismo como nunca antes lo ha hecho. Entonces, ¿qué debe resolver Walter White?, ¿cuáles son las fallas que encuentra en lo más íntimo de su subjetividad? Creo que básicamente se trata de dos cosas: (1) no ha alcanzado el prestigio que podía haber alcanzado; es decir, no ha hecho activa la tan prometedora potencialidad que poseía en su juventud: ha  permanecido en la mediocridad. De ello se desprende que (2) no le ha dado a su familia lo que podía haberle dado, no ha asegurado su bienestar. Por eso, la decisión que Walter White toma en medio de la angustia (cocinar metanfetamina) busca suplir dos cosas: enmendar su falla como sujeto de prestigio social y enmendar su falla como padre. Lo último funciona, para él, como justificación explícita de su acción ilegal; lo primero se mantiene implícito, pero es sin dudas el motor más fundamental.
 
3. Enfrentar nuevos peligros

La decisión radical lleva a Walter White a enfrentar peligros antes inimaginables. Vacila frente a ellos, no sabe cómo darles solución. Esta inexperiencia le lleva a cometer errores que extreman su situación. Sin embargo, Walter White no es el de antes: ya desde el capítulo uno comienza su transformación. Comienza a descubrir que es capaz de utilizar su ingenio para corregir los errores. Ejerce su nueva y más auténtica identidad para obtener aquello que antes nunca tuvo: dinero y poder. Con el dinero, puede proveer un mejor futuro para su familia. Con el poder, puede ganar prestigio. Ahora Walter White es temido, hay quienes se subordinan a él, comienza a dejar de ser el inútil e indefenso profesor de química que está acostumbrado a obedecer. Ahora toma el lugar del amo y comienza a gozar. Pero hay que recordar que todo goce es obsceno.
 
4. Desmesura

Tras saborear victorias, Walter White sigue extendiendo las consecuencias de su primera decisión radical: sigue cocinando y la motivación más personal (tener el poder del amo) es cada vez más explícita. Entonces, las cosas comienzan a salirse de las manos. La potencialidad antes no aprovechada hace que alcance instancias en las que encuentra peligros más grandes. Frente a ellos, está obligado a subordinarse nuevamente, a depender de otros amos. Gana dinero pero, como sabemos, eso no es lo importante en lo más íntimo de su identidad. Por ello, la situación es negada: hay un fuerte deseo de subversión, a lo que el nuevo amo responde con violencia, enfrentando nuevamente a Walter White con la muerte. Otra vez: angustia. Ahora, sin embargo, sabe cómo enfrentarla, sabe de las armas que posee. Vence. Y es aquí realmente donde la transformación se desmesura. Ya no Walter White, sino Heisenberg. Se ha derrocado al amo y se posee el poder. Pero todo amo necesita de un esclavo para seguir siendo amo, por eso Heisenberg sigue adelante, estirando los límites de sus posibilidades.
 
5. Se revela lo obsceno
 
Ahora, Heisenberg debe luchar por seguir en el lugar del amo, por seguir siendo el que posee el dinero y el poder: el que provee a la familia y tiene prestigio frente a los más poderosos. Pero estos son dos deseos ambivalentes, por momentos directamente contradictorios. Las circunstancias de la realidad, entonces, se desarrollan irónicamente: a la vez que Walter White entra en conciencia de su desmesura y comienza a ponerle límites a sus acciones, sale a la luz pública lo más horrible de la acción por el goce: lo obsceno. Se revela la identidad del que tomó decisiones radicales: Walter White y Heisenberg son identificados como los mismos. El padre de familia y el amo soberbio son obligados a encararse en la misma subjetividad. A la vez, se revela la traición a las personas más íntimas. Aquí está lo obsceno. Todo lo logrado se ha sostenido en el engaño más despreciable. Por eso todo se hace agua: otra vez, angustia. Walter White y Heisenberg ven sus logros desmoronarse. Los nuevos sentidos construidos, el del padre exitoso y el del sujeto de prestigio, se muestran artificiales, pierden su valor.
 
6. Se derrumba el padre

Aquí, se desmorona totalmente la ilusión de grandeza en la identidad. Las decisiones radicales desembocan en la destrucción de todas las conquistas logradas. Y más que eso: incluso las condiciones previas a la primera experiencia de angustia son devastadas. Pero el sujeto no ha muerto. Walter White está obligado a seguir intentando nuevas salidas: no puedo haber hecho todo esto por nada. Los caminos, sin embargo, están completamente cerrados. Ya no puede ser padre proveedor y ya no tiene ninguna forma de ejercer su poder: no es amo de nadie. Y el último golpe se lo da la persona que, a lo largo de toda la serie, más sostenida y fielmente había confiado en él: ¿por qué no estás muerto?, le incrimina su hijo, y se lo dice con terrible decisión. Ya no es padre, ya no puede serlo. Se entrega.
 
7. Sólo queda violencia
 
Pero, como sabemos, ser padre no ha sido la motivación fundamental de Walter White. Él, ante todo, ha buscado ser reconocido como sujeto de prestigio y poder. Y lo que ahora se le revela es que no sólo ha perdido la posibilidad de ello, sino además que hoy es reconocido pública y explícitamente como alguien que no merece ni prestigio ni poder. Se dice de él, para las masas, que nunca fue nadie, que nunca tuvo logros profesionales significativos, y –más importante– que ya no existe para el mundo social. Ha sido reducido a ser un resto, una lacra indeseada. Heisenberg sabe, entonces, que ya no tiene sentido luchar por el prestigio; queda el deseo de la acción más destructiva, perfectamente aprendida a lo largo de todo el proceso: la venganza llevada a sus últimas consecuencias. No interesa recuperar el poder, no interesa recuperar el papel del padre, no interesa liberar al esclavizado: interesa consumar la venganza. Contra todos. Todos. Repito carajo: Todos.